Estimados compañeros
Esta semana adelantamos el envío del artículo de los viernes dado que mañana jueves es fiesta. En esta ocasión tocan de nuevo los IBP, tema no por repetido menos de actualidad y una vez más, de la mano de nuestra compañera Elena Álvaro. Que disfrutéis de la lectura.
Los
inhibidores de la bomba de protones (IBP) se encuentran entre
los
fármacos más prescritos y usados en nuestro medio. En general,
son
fármacos seguros, aunque no están exentos de riesgos, sobre todo
tras un uso prolongado. Se estima que 1 de cada 10 españoles
toma un
IBP, cifra que está muy por encima de los datos europeos. Estos
fármacos inhiben tanto la secreción basal como la resultante del
estímulo de la bomba y se utilizan en una serie de situaciones
clínicas: enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE),
esofagitis
por reflujo, úlcera péptica (UP) y síntomas relacionados con la
acidez estomacal como el ardor de estómago y la indigestión.
Pero,
son todos los IBP igual de
eficaces? La última publicación del Therapeutics Letter, “Eficacia comparada de los inhibidores de la bomba de protones” nos ayudará a resolver esta cuestión.
Para comparar
la eficacia y seguridad de los distintos IBP, llevaron a
cabo
dos revisiones sistemáticas, una en pacientes con ERGE y
otra
en pacientes con UP. Se seleccionaron todos los ensayos clínicos
aleatorizados (ECAs) relevantes que comparaban dos o más IBP y
tenían un seguimiento mínimo de 4 semanas. En total se encontraron
38 ECA en ERGE y 25 en UP:
ERGE:
en
los ensayos comparativos en pacientes adultos con ERGE
sintomática,
ni esomeprazol
(26 ECAs) ni lansoprazol
(13 ECAs) presentaron diferencias significativas
respecto a
otros IBPs en la
mayoría de
las variables. La
mayor
parte de los pacientes (60% a 85%) con ERGE experimentaron un
alivio
sintomático del ardor a las 4-8 semanas.
UP:
así
mismo, en los ensayos donde se estudian los IBPs en pacientes
con UP
sintomática volvemos a encontrar que ni esomeprazol
(6 ECAs) ni lansoprazol
(13 ECAs), presentaron diferencias. La
proporción de erradicación de H. pylori en pacientes con UP a
las
6-8 semanas fue del 76%-85%.
- En general,
las
tasas de respuesta sintomática fueron menores en pacientes con
UP
comparados con los diagnosticados de ERGE.
-
La curación endoscópica a las 4-8 semanas se produjo en el
66%-82%
de los pacientes con ERGE o UP. Hay una amplia variación en la
mediana del tiempo hasta el inicio de la resolución de los
síntomas,
que va desde 1 hasta 9 días en pacientes con ERGE.
En
cuanto a los aspectos referentes a la seguridad,
han sido ECAs de corta
duración,
donde se
han
infranotificado
los daños de estos fármacos.
No se han realizado ECAs de más duración que comparen
distintos
IBPs en cuanto a la incidencia de efectos adversos. Según
datos de
estudios
observacionales,
el uso de IBPs se asocia a un incremento del riesgo de los
siguientes
eventos adversos: infecciones entéricas (ej: C.
difficile),
peritonitis bacteriana espontánea, neumonía nosocomial o
comunitaria, fracturas, hipomagnesemia, nefritis
intersticial aguda,
déficit de hierro y vitamina B12. También
se asocian a un posible
desarrollo de pólipos gástricos, cáncer gástrico, carcinoide
y
cáncer colorrectal asociados al uso de IBPs a largo plazo.
Los
ECAs incluidos cuentan con una serie de limitaciones,
ya que tuvieron un alto riesgo de sesgo de
selección,
realización, detección y publicación selectiva. Las pocas
diferencias significativas encontradas (pequeñas y sin
relevancia
clínica) probablemente sean debidas a los sesgos existentes. La
mayor parte de los estudios eran de corta duración (8-12
semanas) y
se excluyeron a los pacientes con complicaciones o
comorbilidades,
por lo que los resultados son aplicables a una población
relativamente sana tratada durante poco tiempo.
En
base a lo anterior y como conclusiones
finales, el Therapeutics Letter señala: